El cliente no siempre tiene la razón

Si, como tal como leen; al consumidor hay que educarlo.

Desde pequeños, nos han enseñado que para una empresa prospere (y tú en ella), hay que satisfacer los deseos de los clientes, pidan lo que pidan. Si bien, esta afirmación tiene sentido, se olvidaron comentarnos que para que eso sea así, el cliente debe antes, saber lo que quiere.

Pese a la percepción popular, el sector asegurador es muy complejo debido a la gran variedad de ofertas y productos que se pueden encontrar. Poder ofrecer a cada persona, el tipo de contrato que le corresponde en base a sus necesidades, requiere de un previo análisis de las expectativas del cliente y el encaje de las mismas dentro de un determinado producto. Eso, es complejo.

Cuando un consumidor que no tiene un conocimiento previo o no ha dedicado tiempo al estudio de los contratos, se dirige a una aseguradora para que le oferten un seguro, habitualmente la premisa que manda es, el precio. En el momento de buscar aseguradora, en el momento de prevenir, se busca el ahorro. Después, en el momento del siniestro, el consumidor se pregunta ¿Cómo que no tengo cobertura? .

El seguro es preventivo, no correctivo. Hay que pensar antes, lo que queremos cubrir después. Como consumidor, no podemos querer tener la razón de algo que no hemos previsto, o no hemos querido asumir,  con anterioridad.

¿Eres directivo? - Atenteo, esto te interesa!

Si, es cierto, ser directivo es una pasada: Te dan coche de empresa, tarjeta de gastos, reconocimiento y un buen sueldo. Y tu dirás, ¿Que más se puede pedir?
Como ya decía alguien más inteligente que yo, "todo gran poder conlleva una gran responsabilidad". Y es ahí lo que no te cuentan cuando te dan el "carné" de directivo:
- Los directivos y administradores de una sociedad,  responden de los perjuicios que ocasionen en el desempeño de sus funciones gestoras incluso en caso de culpa leve, por actos realizados sin la debida diligencia
- Otro detallito insignificante es que respondes con su propio patrimonio  personal de las consecuencias lesivas que se deriven de su actividad gestora.
- Por si fuera poco, se establece el principio de solidaridad de todos los miembros del órgano de administración. Lo cual implica, que cada uno de ellos responde por la integridad del perjuicio económico causado a terceros, derivado del ejercicio de su actividad de gestión social. Así lo indica el apartado primero del artículo 133 de la Ley de sociedades anónimas .


En el mundo de los negocios, el dinamismo y la creciente competitividad del mercado hacen necesario que los administradores y directivos asuman a diario decisiones que pueden comprometer su responsabilidad y como  consecuencia, su patrimonio personal, presente y futuro. No hablo de grandes multinacionales con suculentas cuentas de explotación que viven por encima del bien y del mal. Esto afecta a cualquier empresa. 


¿Que cuando puede exigirse este tipo de responsabilidad?


Cualquier persona o entidad que considere haber sufrido un perjuicio puede reclamar a la sociedad, y cada vez, es más habitual. Las empresas y sus directivos, están expuestos a tener que hacer frente a la reclamaciones y litigios por diversidad de conceptos entre los cuales destacaría los siguientes: 
   Falta de supervisión y control de las personas en las que se ha delegado responsabilidad

    Decisiones erróneas en el supuesto de fusiones y adquisiciones

   Asunción de obligaciones que la sociedad no puede afrontar

    Supuestos de competencia desleal, concurrencia con la propia empresa en conflicto de intereses

    Falta de adaptación de la sociedad a la normativa vigente

    Realización de inversiones inadecuadas

Os suenan??? Gran parte de ellas están presentes en el día a día de muchas empresas. 

Las pólizas de directivos están enfocadas y diseñadas para asumir dicha responsabilidad, llegado el caso. Son por tanto, pólizas que paga la empresa, para dar tranquilidad y seguridad al patrimonio del directivo. Sin duda, una inversión muy interesante  si eres directivo.